24 de marzo de 2011

Lupus


El Lupus es una enfermedad autoinmune crónica que afecta al tejido conjuntivo. Se caracteriza por una inflamación y daño de tejido causado por el sistema inmunitario, concretamente a la unión de anticuerpos a las células del organismo y al depósito de complejos antígeno anticuerpos.

El Lupus ataca concretamente al aparato reproductor, articulaciones, piel, pulmones, vasos sanguíneos, riñones, hígado y al sistema nervioso. La enfermedad tiene picos o crisis alternados con remisión de la misma.

Se presenta más comúnmente en africanos y asiáticos. Afecta 9 veces más a las mujeres que a los hombres. Se tratan comúnmente con corticoides, inmunosupresores y antipalúdicos como la hidroxicloroquina.

La historia del lupus eritematoso se puede dividir en tres periodos: el clásico, el neoclásico y el moderno.

El periodo clásico comienza cuando la enfermedad fue reconocida por primera vez en la Edad Media y se vio la descripción de la manifestación dermatológica de la enfermedad. El término lupus se atribuye al médico del siglo XII Rogerius, quién lo utilizó para describir el eritema malar clásico.

El periodo neoclásico se anunció con el reconocimiento de Móric Kaposi en 1872 de la manifestación sistémica de la enfermedad. El periodo moderno empieza en 1948 con el descubrimiento de las células del lupus eritematoso (aunque el uso de estas células como indicadores de diagnóstico ha sido ahora abandonado en gran parte) y se caracteriza por los avances en nuestro conocimiento de la fisiología patológica y las características clínicas y de laboratorio de la enfermedad, así como los avances en el tratamiento.

La medicación útil para la enfermedad fue descubierta por primera vez en 1894, cuando se divulgó por vez primera que la quinina era una terapia efectiva. Cuatro años después, el uso de salicilatos en conjunción con la quinina demostró ser todavía más beneficioso. Este fue el mejor tratamiento disponible para los pacientes hasta mediados del siglo veinte cuando Hench descubrió la eficacia de los corticoesteroides en el tratamiento del lupus eritematoso sistémico.

A pesar de los efectos beneficiosos que presentó el uso de corticoesteroides, se presentaron casos en los que dicha medicación causó mas daño que beneficio.

En la década de los 50, la mayoría de los pacientes diagnosticados de LES vivían menos de cinco años. Los avances en diagnosis y tratamiento han aumentado la supervivencia al punto en que más del 90 % de los pacientes ahora sobrevive más de diez años y muchos pueden vivir relativamente sin presencia de síntomas.

La causa más común de muerte es la infección debido a la inmunosupresión como resultado de los medicamentos usados para controlar la enfermedad. El pronóstico es normalmente peor para hombres y niños que para mujeres. Afortunadamente, si los síntomas siguen presentes después de los 60 años de edad, la enfermedad tiende a tomar un curso más benigno.


Una nanopartícula utiliza la luz y el calor para destruir los tumores

Investigadores del Hospital Princesa Margarita de la Red de Salud Universitaria en Ontario (Canadá) han creado una nanopartícula orgánica que no es tóxica, es biodegradable e inocua en la forma en la que utiliza la luz y el calor para tratar el cáncer y administrar fármacos. Los resultados de su trabajo se publican en la edición digital de la revista Nature Materials.

La seguridad sin precedentes de la nanopartícula en el organismo es la guinda del pastel". Según explica Gang Zheng, investigador principal del estudio, los descubrimientos son importantes dado que a diferencia de otras nanopartículas, las presentadas en el estudio actual tienen una estructura única y versátil que podría cambiar la forma en la que se tratan los tumores.

"Combinamos en el laboratorio dos moléculas que se producían de forma natural (clorofila y lípidos) para crear una nanopartícula única que muestra potencial para numerosos tipos de aplicaciones basados en la luz. La estructura de la nanopartícula, que es como la miniatura de un colorido globo de agua, permite que pueda llenarse con fármacos para tratar el tumor al que se dirige", explica Zheng.

Luz y calor contra los tumores

Los investigadores explican que la terapia fototérmica utiliza luz y calor para destruir los tumores. Con la capacidad de la nanopartícula para absorber mucha luz y acumularla en los tumores, un láser puede calentar con rapidez el tumor a una temperatura de 60 grados y destruirlo.

Cuando alcanza su tumor objetivo se vuelve fluorescente para indicar 'misión cumplida'""La nanopartícula puede también utilizarse para las imágenes fotoacústicas, que combinan luz y sonido para producir una imagen de muy alta resolución que puede emplearse para descubrir y dirigirse a los tumores", añade Jonathan Lovell, primer autor del trabajo. Lovell añade que una vez que la nanopartícula alcanza su tumor objetivo se vuelve fluorescente para indicar 'misión cumplida'.

Zheng concluye que aunque existen muchas nanopartículas, la desarrollada por su equipo puede dirigirse a varios tipos de cáncer y opciones terapéuticas y de diagnóstico que pueden combinarse y adaptarse de formas inimaginables.

"La seguridad sin precedentes de esta nanopartícula en el organismo es la guinda del pastel. Estamos muy excitados sobre las posibilidades de su uso en el ámbito clínico", afirma Zheng.

Además, no es tóxica, es biodegradable e inocua.
Es un diminuto globo de agua que puede llenarse con fármacos.
Podrían cambiar la forma en la que se tratan los tumores.

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11 de marzo de 2011

Dormir

Duermo de lado

No es lo mismo dormir sobre el costado derecho que sobre el costado izquierdo.
Si para poder dormirte, necesitas apoyarte en el costado izquierdo quiere decir que estás preocupado por un posible cambio.
Si prefieres el derecho, refleja que tienes un carácter fuerte, pudiendo ser incluso posesivo y autoritario.

Duermo de espaldas con los tobillos cruzados

Dormir de espalda muestra un equilibrio psicológico. Dormir de esta manera favorece la fluidez intelectual.
Hay muchas maneras diferentes de dormir de espaldas.
Si el durmiente adopta una posición con los tobillos cruzados (el izquierdo sobre el derecho). El tobillo izquierdo simboliza la confianza en el futuro o en uno mismo con relación al futuro.
Si se cruza el derecho sobre el izquierdo lo que se refleja es una necesidad de reafirmación en un contexto de dificultad. El inconsciente necesita estimular la confianza en sí mismo.

Duermo de lado con una mano debajo de la mejilla
Dormir con la mano bajo la mejilla derecha o izquierda ofrece dos significados.
Si duermes con la mano bajo la mejilla izquierda significa que tienes una necesidad de caricias y de afecto.
Si duermes con la mano bajo la mejilla derecha significa coraje y valentía.

Duermo de espaldas con las manos en la tripa

Si duermes de espaldas con los dedos cruzados sobre la tripa revela que estás en un momento de reflexión y de cambio. Esta postura tiene la virtud de estimular la motivación y la evolución dinámica del durmiente.

Duermo de espaldas con las manos por encima de la cabeza

No hay mucha gente que duerma de ésta forma. Revela un ansia de libertad. El brazo izquierdo refleja la facultad de creer y el derecho la de actuar. Estos dos ingredientes se unen en las personas que se caracterizan por tener una profunda ambición.

Duermo de espaldas con las manos cruzadas detrás de la nuca

Esta postura refleja una tendencia a comportarse de manera adolescente. Muestra una falta de madurez a la hora de enfrentarse con las situaciones cotidianas.

Duermo boca abajo

Esta postura es típica de los adolescentes que son más inestables emocionalmente.
Si el que adopta esta postura es adulto, refleja una carencia afectiva o hipersensibilidad.

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