7 de agosto de 2011

Estrías

Las estrías, esos antiestéticos surcos que aparecen en la piel (sobre todo en vientre, pecho, muslos, caderas, rodillas y antebrazos), y que en verano es cuando más se lucen (o, mejor dicho, deslucen), son el resultado visible de la rotura de las fibras de elastina y colágeno de la piel, tras verse sometidas a una presión que no pueden soportar. Suelen hacer su aparición estelar en la adolescencia, durante o tras el embarazo, y también a raíz de la menopausia, ya que sus dos causas fundamentales son los cambios hormonales y las variaciones de peso, aunque la genética tiene también gran parte de culpa.

Una vez que aparecen, hacerlas desaparecer por completo es muy, muy complicado, aunque sí que es posible atenuarlas hasta hacerlas casi imperceptibles. Como en todo, siempre es mejor prevenir que curar, y para evitar su aparición, lo mejor es hidratar a conciencia las zonas más propensas, especialmente en los momentos más críticos: adolescencia, embarazo, menopausia, mientras se está realizando una dieta…  Con una piel bien hidratada y elástica, la posibilidad de que aparezcan estrías disminuye muchísimo.

Durante el embarazo es especialmente importante, y muy fácil, prevenir la aparición de estrías, masajeando diariamente el pecho y el vientre con un producto específico, para que la piel esté preparada para soportar la tensión, y las fibras sean más elásticas y no se rompan.

La cosmética puede ayudar mucho a mejorar su aspecto, y hay todo tipo de cremas, aceites y bálsamos orientados a atenuarlas. El aceite de rosa mosqueta, que tiene un alto contenido en ácidos grasos esenciales, es uno de los mejores tratamientos para combatir las estrías, ya que ayuda a restaurar las fibras de colágeno de la piel, y, por tanto, a suavizarlas mucho (por cierto, también es ideal para las marcas de quemaduras, cicatrices y arrugas). Se puede utilizar de forma externa, por medio de masajes con cremas que lo contienen o con aceite puro, o interna (a través de la nutricosmética).
Si prefieres pasar por la consulta del médico estético y acabar con ellas de forma más radical, las mejores opciones (por el momento) son el láser, la radiofrecuencia fraccionada y la carboxiterapia (aunque esta última requiere de 15 a 20 sesiones y es bastante dolorosa).


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