Hay pruebas suficientes para decir que existe un mayor riesgo de padecer cardiopatía isquémica y cáncer de pulmón en las personas que nunca han fumado, pero que sí han estado expuestas al humo de tabaco. Por ejemplo, los cónyuges de fumadores y los no fumadores expuestos al humo en el lugar de trabajo.
Sabíamos que el tabaquismo pasivo podía provocar males menores como irritación ocular y nasal, tos, cefalea, irritación de la garganta… y se ha demostrado que el humo del cigarrillo es uno de los tres factores principales de riesgo cardíaco.
Además, puede acarrear graves problemas de salud como un infarto o derrame cerebral, bronquitis y muchas otras complicaciones respiratorias. En niños, es causa directa de asma e infecciones de oído.
Ahora, según una investigación elaborada en ratones y publicada en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS), el tabaquismo pasivo puede causar mutaciones en la formación de los espermatozoides y estas alteraciones genéticas se pueden transmitir a la siguiente generación.
Esta es la conclusión principal de un experimento realizado con ratones. Tras exponerles al humo de varios cigarrillos al día, los investigadores realizaron análisis genéticos del esperma de estos roedores y descubrieron que tenían una alta tasa de mutaciones en la línea germinal, es decir, en el proceso de formación de espermatozoides.
En estudios anteriores se comprobó que los animales expuestos al humo de 'segunda mano' sufren inflamaciones de los conductos respiratorios y arterosclerosis, al igual que se observa en los humanos expuestos de forma pasiva. Además, la exposición al humo secundario también reduce el peso al nacer, altera las encimas de los pulmones durante el desarrollo, hace aumentar de forma anormal algunas células de los pulmones y altera el funcionamiento de los pulmones.
Este nuevo descubrimiento confirma la teoría de que el humo pasivo es el más nocivo puesto que según explican los expertos, "estas alteraciones genéticas pueden causar modificaciones irreversibles en el genoma de los descendientes".
Por su parte, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) ha señalado recientemente que "hay suficiente evidencia para relacionar la exposición paternal al tabaco con el aumento del riesgo de cáncer en sus hijos, lo que ya sugiere que la exposición al humo del cigarrillo origina mutaciones en las células reproductivas que pueden pasar a la siguiente generación".
Incluso inhalando solo el 1 por ciento del humo que aspiran los fumadores, el riesgo de enfermedad cardiaca se eleva un 23 por ciento, frente a un 80 por ciento en los fumadores. Y es que el humo de 'segunda mano' es una mezcla del humo exhalado por los fumadores y del humo que se emana de los cigarrillos.
Es sustancialmente radioactivo y está compuesto por gases y partículas, contiene nicotina y varios carcinógenos y toxinas. Tiene mayor contenido de monóxido de carbono, amoníaco, nitrosaminas y acroleína. Algunos de estos componentes como el cadmio, un agente que se sabe que causa cáncer de pulmón en personas y animales, se encuentra seis veces más en la corriente de humo secundaria.
Una vez más se demuestra que los riesgos para la salud y la vida que implica el tabaquismo pasivo son reales y se están extendiendo, ¿preocupante no?
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