Por economía, pues es bastante más barato que comprar champú. Si lo pensamos en grande, el argumento es contundente: L’Oreal, por ejemplo, reportó ganancias en 2010 por más de 3 mil millones de dólares. Esto es una cuarta parte de la inversión de Estados Unidos en la guerra de Libia, según el secretario de Defensa Robert Gates.
Los champús comerciales contienen mucho de lo malo pero poco de lo bueno. Sus principales componentes son lauril-sulfato de sodio (que se aloja en pulmones, hígado y cerebro y se sabe que una hora de exposición irrita la piel: ¿qué efectos tendrá junto a nuestras neuronas?), metilisotiazolinona o MIT (que ha sido vinculada con casos de Alzheimer), propilenglicol, isopropilos, aldehídos, petroquímicos, sulfatos, derivados de cloro y aluminio y perfumes.
De lo que tienen poco es de las mezclas frutales o herbales que anuncian en la etiqueta. En un champú hecho en casa garantizas calidad y cantidad.
Los champús pueden ser realmente tóxicos. Además de serlo para el ser humano lo son para el medio ambiente. Los metales y químicos que contienen y van a dar al drenaje, interfieren con los ciclos naturales de vida de los organismos con que entran en contacto —y que no se pueden enjuagar—. Tristemente, ésta es apenas una fracción de las toxinas que generan las fábricas donde se producen los productos de belleza, que según Annie Leonard, puede ser hasta 70 veces mayor.
Además de las toxinas que absorbes por la piel, algunas no se absorben pero se quedan sobre ella e impiden la eliminación de toxinas y respiración de la piel.
Los productos orgánicos no lo son realmente. Como no están controlados por la FDA, estos productos aseguran libremente ser cosas que no son. Si tienes suerte y sí usas productos orgánicos, éste es apenas el extracto de uno(s) de sus componentes. Si quieres convencerte de que es orgánico, debes hacerlo tú mismo.
Puedes reciclar la botella.
El envase de tu último champú que compraste puede ser el último que debas comprar, pues al rellenarlo en casa, te durará indefinidamente. Le ahorras un problema más al planeta.
Mitos falsos sobre los jabones.
Y debemos tener en cuenta que hay ciertas creencias sobre los jabones que hay que desmitificar, pues son más bien impuestas por la moda que un requerimiento higiénico:
Que un jabón sea más espumoso no quiere decir que sea más efectivo.
No se necesita utilizar un jabón especial para el cuidado íntimo, aunque es preferible utilizar jabones neutros de calidad para estas zonas tan sensibles.
Hay distintos tipos o clases de jabones naturales:
Los jabones comunes: sólidos y espumosos, hechos por lo general con sebo grasoso y sodio o potasio. Se indican para todo tipo de pieles y en algunos casos pueden usarse para lavar el cabello.
Los jabones humectantes: suelen tener aceites vegetales, otros poseen cremas humectantes en su composición, o grasas enriquecidos con aceite de oliva, avellana y otros. Los hay también de glicerina. Son útiles para las pieles secas o dañadas por el uso de detergentes.
Los jabones suaves: tienen en su composición aguas termales y son recomendados para las pieles sensibles.
Los jabones líquidos: que se presentan como una loción de limpieza. Su poder efectivo varía y no todos tienen la misma eficacia.
Los jabones dermatológicos: contienen agentes de limpieza sintéticos muy suaves, a los que se añaden vegetales que contribuyen a cerrar los poros, aliviando las irritaciones y frenando la aparición de acné o puntos negros. Con estos jabones la piel no se descama.
Son recomendados para pieles que arrastran inconvenientes, ya sea de modo permanente o estacional, o ante apariciones puntuales de irritaciones.
Los jabones de glicerina: son neutros, no suelen humectar la piel, al contrario, en algunas ocasiones tienden a resecarlas y se recomiendan para las pieles grasas. Por lo general, la glicerina tiene un efecto más duradero que los jabones comunes.
Los jabones terapéuticos: son recetados por los médicos, algunos se recomiendan para Psoriasis, para micosis cutáneas y otros para limpieza profunda de cutis.
El jabón de Aleppo
Por su contenido de aceite esencial de laurel y el aceite esencial de olivo,brinda una suave y delicada espuma que limpia eficazmente la piel e inhibe de manera efectiva el desarrollo de las bacterias de contacto dérmico; no es irritante y por el contrario produce una sensación de suavidad.
Sus peculiares componentes naturales le dan una actividad humectante que protegen y ventilan la piel evitando su desecamiento, dándole una tierna sensación de morbidez. Su uso constante le dará suavidad, ternura y salud a la piel.
Cabe señalar que el jabón de Alepo fue especialmente desarrollado en su totalidad con ingredientes naturales, para proporcionar un cuidado especial a la piel (Leer más)
Receta Casera para la Fabricación de un Jabón Natural
La fabricación de un jabón casero natural es un proceso simple y de gran beneficio para tu piel.
Ingredientes: Sosa (10 cucharadas soperas), Aceite Oliva primer uso (1/4 litro), agua (1/4 litro), aceite de coco (100 ml), aceite almendras dulces (50 ml), miel (dos cucharillas), leche (2 cucharillas)
Se pueden añadir gotas de cualquier aceite esencial.
Herramientas caseras: cuchara de palo, recipiente no metálico.
Mezclar cuidadosamente la sosa en agua templada y remover con la cuchara hasta conseguir que esté homogéneo.
Dejar enfriar la mezcla.
Echar el resto de ingredientes poco a poco y mover constantemente la cuchara en la misma dirección hasta conseguir una pasta.
Desmoldar en día y medio y cortar los trozos de jabón.
Dejar secar antes de su uso.
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