Es originario de Australia y Tasmania, existen 130 especies diferentes de las que únicamente dos o tres no son originarias de los sitios citados. Tanto la resina como las hojas del eucalipto se han empleado desde hace varios siglos como remedio para enfermedades y trastornos muy diversos. A pesar de ser un árbol exótico, el eucalipto es conocido y familiar por sus propiedades medicinales, y también por alguna que otra polémica de carácter ecológico, ya que es un árbol que absorbe mucha agua, aumentando la desertificación de la zona.
Se utilizaba, en la antigüedad para desinfectar las zonas del cuerpo afectadas por fiebres. Se ha utilizad la resina de este árbol para múltiples funciones: artritis, asma, bronquitis, quemaduras, cáncer, catarros, resfriados, tos, cistitis, diabetes, disentería, dispepsia, fiebre, gripe, inflamaciones, laringitis, lepra, malaria, miasma, tisis, rinosis, espasmos, tuberculosis, vaginitis, heridas y gusanos intestinales.
El eucalipto es un magnifico balsámico y expectorante que estimula las células secretoras de las mucosa bronquial, porque precisamente el aceite esencial se elimina a través de los pulmones, ejerciendo todo su poder antiséptico. Puede emplearse con efectividad en el tratamiento del asma bronquial y además tiene efecto febrífugo (calma y apacigua la fiebre).
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